En Estados Unidos, se nota la llegada de la temporada navideña no por la brisa fresca de otoño ni por la caída de las hojas, sino por la sección de decoración de tu tienda más cercana. Apenas ha desaparecido el verano cuando la maquinaria de marketing se pone en marcha con los múltiples anuncios, canciones, aromas y sabores (te conozco bien, pumpkin spice), todos con el propósito de preparar nuestro subsconciente para que nos desprendamos de nuestro dinero a cambio de participar en los rituales de la temporada.
Para muchos, las fiestas navideñas son como una tormenta perfecta de expectativas estresantes y dinámicas familiares complejas y una sombra persistente de dolor y pérdida. Si sientes algo de cinismo al pensar en lo que signfica para ti esta época del año, no eres el único. Sobrevivir a las fiestas sin dejar que te agoten emocional- o espiritualmente es posible. Aquí tienes tres consejos que pueden ayudarte a mantener la cordura (al menos en su mayor parte).
1. Gestiona las expectativas estresantes estableciendo límites
Las fiestas traen consigo la expectativa de que todo salga perfecto: las decoraciones, la comida, las celebraciones, los regalos e incluso el estado de ánimo. Este afán por el perfeccionismo nos atrapa y transforma los momentos alegres en cargas pesadas. Si todo esto te abruma, procura establecer unos límites realistas.
Los límites nos permiten afrontar las expectativas poco realistas que nos autoimponemos y que imponemos a los demás. Te permiten participar de un modo que no resulta agotador. Recuerda: no tienes que acudir a cada celebración ni preparar el plato favorito de todo el mundo. Prioriza lo que es verdaderamente importante y deja de lado el resto.
2. Lidia con la familia compleja con compasión y dándote algo de margen
Los encuentros familiares suelen traer a la luz tensiones no resueltas y viejos malos hábitos, convirtiendo las fiestas navideñas en un campo de minas emocionales. Ya sea por los roces entre hermanos, los conflictos del pasado o simplemente el estrés de estar alrededor de mucha gente durante mucho tiempo, el cinismo puede apoderarse fácilmente de ti cuando te esperas este tipo de dinámica familiar.
Una forma de lidiar con ello es combinar la compasión con darte algo de margen. La compasión no tolera el comportamiento tóxico; se trata de lidiar con las situaciones practicando empatía, hacia ti y hacia los demás. «Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo» (Efesios 4:32 NVI). Orar por la compasión divina y reflexionar sobre cómo Jesús lidia con tus imperfecciones puede ayudar a mitigar la incomodidad de las interacciones familiares complejas.
Darte algo de margen significa darte espacio. Date permiso para salir cuando lo necesites o para limitar el tiempo que pasas en situaciones complicadas. Dios se acuerda de nuestra fragilidad (Salmo 103:14), y nosotros deberíamos hacer lo mismo.
Los encuentros familiares suelen traer a la luz tensiones no resueltas y viejos malos hábitos, convirtiendo las fiestas navideñas en un campo de minas emocionales.
3. Conecta con alguien que esté sufriendo
Este último consejo puede parecer contraintuitivo, pero es una de las formas más poderosas de combatir el cinismo. En lugar de centrarte en ti mismo, considera la posibilidad de centrarte en alguien que lo esté pasando mal en estas fiestas navideñas. Puede ser un amigo que haya perdido a un ser querido, una compañera de trabajo que esté pasando por un mal momento o una vecina que esté sola; el tender la mano a los demás, sea cual sea su situación, puede generar conexiones sanadoras.
Este último consejo puede parecer contraintuitivo, pero es una de las formas más poderosas de combatir el cinismo.
Para fomentar esto, tenemos una recomendación. Si te parece bien, toma un momento para escribir una carta sincera y alentadora a alguien que lo esté pasando mal esta temporada. No hace falta que sea muy compleja; un mensaje sencillo puede tener un gran impacto. Al centrarte en alguien más, puede que descubras que tu propia experiencia navideña mejora.
Así que, si sientes el agobio de la ansiedad, si tienes que navegar situationes familiares estresantes o si cargas con el peso del sufrimiento, queremos que sepas que nos preocupamos por ti y nos sentimos muy agradecidos de que formes parte de esta comunidad en estas fechas navideñas. Cada año, nos sentimos maravillados de cómo Dios ha utilizado este pequeño ministerio, incluso en los momentos de mayor cinismo y caos, para bendecir a los demás. Sabemos por experiencia que, si se lo permites, Dios utilizará tu situación en estas épocas navideñas para traer sanación, propósito y luz, incluso en medio del caos.
Angelo Grasso
Angelo Grasso se desempeña como Director de Atención Espiritual de Light Bearers e instructor de ARISE. Angelo, ministro ordenado y capellán capacitado, siente una profunda pasión por explorar la intersección de la ciencia del cerebro y el crecimiento espiritual en todas las etapas de la vida. Está bendecido por la compañía de su esposa, Kathy, y sus dos hijos, Eli y Emma.