—Ty, tu presentación me ha hecho enfadar—dijo la joven con el ceño fruncido.
Las grandes vigas del auditorio se alzaban sobre ellos mientras conversaban, como si se encontraran en una catedral.
Se trataba del primer encuentro internacional de ARISE Intensive, que tuvo lugar en la Universidad Adventista de Friedensau (Alemania), rodeada por el exuberante verdor de la primavera. Las 300 entradas se habían agotado poco después de abrir el plazo de inscripción, y más de la mitad de los asistentes serían adolescentes y jóvenes menores de 35 años. Como equipo nos sentíamos nerviosos y a la vez emocionados; teníamos ganas de descubrir qué acogida tendría el programa. Pero ahora nos encontrábamos ante esta mujer enfadada.
—Oh, ¿qué te ha hecho enfadar?—preguntó Ty, con suavidad.
—Ty, tu presentación me ha hecho enfadar.
—Crecí en la iglesia—respondió—. Pero esta es la primera vez que escucho este mensaje, ¡que la Biblia es una historia que apunta a Jesús!
Se refería al tema que Ty había predicado la primera noche del intensivo: la Biblia no es un manual de instrucciones que Dios utiliza para controlarnos; es una historia que Dios utiliza para liberarnos. Esta mujer se sentía contenta por haber descubierto que la Biblia es mucho más que un conjunto de reglas, de historias aisladas, de doctrinas y credos, y a la vez se sentía enfadada porque nunca había oído este mensaje ni había sentido su influencia en su vida, a pesar de haber crecido en la iglesia.
Hoy en día se debate mucho acerca de cómo mantener a los jóvenes en la iglesia; si nos fijamos en las estadísticas, las noticias no son buenas. Sin embargo, en este encuentro de ARISE Intensive, nos dimos cuenta de que quizás el problema no sea lo atractivo del mundo ni lo seductor de la secularidad, sino más bien que no estamos predicando el evangelio; porque cuando predicas el evangelio, los jóvenes se quedan.
Por si no lo sabías, un ARISE Intensive es una versión condensada del programa de discipulado “ARISE” de Light Bearers. En el transcurso de un fin de semana, Ty Gibson y David Asscherick, junto con otros instructores, explican toda la Biblia como una única historia que nos cuenta que Dios que nos viene a rescatar a cada uno de nosotros por amor.
Empezamos a organizar este intensivo en 2022, en colaboración con las conferencias y la unión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Alemania, así como con el equipo de Friedensau. Pasamos horas y horas en Google Meets y ahora, por fin, había llegado el fin de semana.
La primera noche, Ty habló acerca de la importancia de las historias y explicó que el arte de contar historias (storytelling) forma parte de nuestro ADN como seres humanos; por ello, lo natural es pensar que, si un Dios de amor quisiera comunicarse con nosotros, lo haría a través de una historia.
A lo largo del fin de semana, David y Ty replantearon toda la Biblia como una única historia dividida en siete capítulos: Pre-Creación, La Creación, La caída, El pacto, El Mesías, La iglesia, y, finalmente, La Re-Creación, manteniendo siempre el foco en Jesús y el evangelio. ¡El resultado fue impactante! El pastor Christoph describió lo poderoso que fue el fin de semana de la siguiente manera:
A algunas de las personas que se habían apuntado al intensivo se les habían quitado las ganas de venir porque habían decidido abandonar la iglesia. Sin embargo, durante el fin de semana, decidieron volver a la iglesia. Justo antes de asistir, dos personas acababan de decidir no seguir con los estudios bíblicos, pero durante el fin de semana decidieron retomarlos. Para algunas personas, este fin de semana ha transformado su forma de ver a Dios, han pasado de considerarlo un Dios severo y vengativo a entenderlo como un Dios de amor que se vuelca en los demás. Este fin de semana se reescribieron muchas de las historias espirituales de los asistentes.
Los jóvenes se apretujaron en la sala, apoyándose contra la pared o sentándose en el suelo…
A medida que Ty y David explicaban el amor eterno de Dios como base de la realidad, cómo el sábado está repleto de gracia, el origen del mal, lo que pasó en la cruz, cómo acercarse al Antiguo Testamento, y mucho más, la conexión y las sinergias entre el grupo iban en aumento, y se notaba cómo el Espíritu Santo trabajaba en los corazones. Una vez terminadas las sesiones, las personas se nos acercaron para contarnos lo mucho que le habían impactado los mensajes. ¡El Espíritu estaba actuando!
Y lo más increíble de todo es que este grupo no estaba compuesto por un montón de viejos santurrones. Se trataba de jóvenes que habían pagado por escuchar estos mensajes, ya que ¡el evento no era gratis!
El sábado por la noche, de camino del auditorio a un almacén renovado con un toque hípster, ideal para pasar un rato en comunidad con el resto de asistentes, me encontré con un joven que me dio las gracias por el trabajo que realiza Light Bearers. Su rostro irradiaba solemnidad mientras me contaba que a raíz de los mensajes de Ty sentía un nuevo amor por Dios.
El domingo por la noche, hicimos un turno de preguntas en aquel almacén hípster, con las más de cuarenta preguntas que habíamos recibido durante el fin de semana, desde “¿Qué puedo hacer cuando me siento lejos de Dios?” hasta “¿Cómo se dirige el amor de Dios a la comunidad LGBTQ+?”. Los jóvenes se apretujaron en la sala, apoyándose contra la pared o sentándose en el suelo a unos pocos metros de distancia mientras yo le transmitía sus preguntas a Ty. Era palpable el hambre por la verdad, por Jesús.
Cuando terminamos, una adolescente con el pelo largo y ondulado y con aparato de ortodoncia (brackets)se me acercó con ojos radiantes para decirme: “¡Ha sido increíble! Habéis respondido muchas de las preguntas que tenía”. Luego me contó que llevaba el último año sintiendo la necesidad de encontrar algo que la llenara más espiritualmente.
El lunes por la mañana, en el momento de clausura, David predicó acerca del arte de contar el evangelio, Ty pintó un precioso cuadro de la eternidad futura que Dios nos tiene preparada, y juntos hicieron un llamado a los asistentes de que contaran la historia del evangelio en sus propias esferas de influencia.
Antes de acabar con una oración, entonamos una canción de adoración junto con el líder de alabanza, Markis; se había compartido en nuestro himno lema a lo largo del fin de semana: Te veremos derribar todos los obstáculos / Veremos caer a los gigantes / No hay lugar para el temor cuando te adoramos.
La iglesia se encuentra ante muchos obstáculos. Sin embargo, algunos de ellos no son ni tan altos ni tan difíciles como nos imaginamos. Quizás lo que necesitamos es plantearnos el desafío de predicar más el evangelio a los jóvenes, de enseñarles lo relevante que es para nuestras vidas, y entonces seremos testigos de cómo se derrumban esos obstáculos ante nosotros.
Si te gustaría ayudarnos a alcanzar a jóvenes de todo el mundo con el evangelio, nos gustaría invitarte a colaborar con nuestro ministerio.
Anneliese Wahlman
Allie se graduó de ARISE en 2012 y forma parte del equipo de Light Bearers como escritora y asistente de comunicaciones. Le fascina la intersección entre la fe y el proceso creativo y disfruta con la poesía. En los ratos en los que no está viendo una buena película con sus amigos, le encanta ser narradora de la vida empleando acentos mediocres.